Yo soy
alta con ojos y pelo de un café muy oscuro. Mi padre, que es colombiano, me ha
hablado en español desde que nací. Muchas veces la gente piensa que soy latinoamericana,
pero la verdad es que mis raíces no vienen de allí. Mis abuelos son ambos polacos y emigraron a
Colombia, uno antes y uno después de la Segunda Guerra Mundial. Mi madre es norteamericana
y mis costumbres y forma de ser son una mezcla extraña de muchas culturas y
experiencias.
Me
encanta pasar tiempo al aire libre. Mi pasión por los deportes no tiene límite.
He sido atleta desde que nací, y desde que tengo uso de razón me ha gustado
jugar al futbol, al tenis, y practicar el snowboarding. Mi amor a los deportes me ha llevado a ser
muy competitiva. Siempre que juego al
fútbol o al tenis, quiero mas que nada poder ganar.
Pero
los deportes no son todo. Tengo muchos
intereses que van desde la moda a los idiomas, desde hablar y debatir con mis
compañeros asuntos controversiales a pintarme las uñas. Aprender, viajar y leer son todos verbos que
me describen de alguna forma. Saber qué pasa en el mundo, seguir las noticias,
entender a las personas y lo que las motiva son todas actividades que definen
quien soy yo.
Al
conocerme, todo esto es obvio, pero lo que no es tan obvio es como me afectan
estos intereses. Estoy obsesionada por poder ser la mejor en todo lo que hago. Para lograrlo debo tener la capacidad de
trabajar duro. Desafortunadamente mis fallas me dejan profundamente decepcionada.
Cuando no cumplo con mis propias expectativas la desilusión me lleva abajo, me
deprime y prácticamente me paraliza. Mi
inhabilidad de poder soportar mis fallas es en sí una gran falla. Es la lección mas importante y la que más
difícil me queda de aprender.
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